El Fin de Israel

He observado que muchos líderes influyentes de la Iglesia Cristiana mantienen una actitud hacia el Estado de Israel como si Israel aún fuera el pueblo de “Dios”. Piensan que si “Dios” está de parte de ellos, la Iglesia también tiene que estarlo. Todavía aplican la sentencia antigua y obsoleta de Génesis 12:3 que dice: “Bendeciré a los que te bendigan y maldeciré a los que te maldigan.” Aún la sentencia que sigue: “¡Por medio de ti serán bendecidas todas las familias de la tierra!” no tiene ninguna vigencia con el Israel de hoy, ni tampoco con el Israel antiguo, de cuyo linaje nació Jesus. 

Israel no es el reloj de “Dios” como muchos quieren hacer creer, ni tampoco los acontecimientos históricos que le afectan desde que el general Tito destruyó su templo en el 70 d.C. tienen algo que ver con las profecías bíblicas.