Advertencia a Creyentes

Tal vez usted se haya sentido ofendido por nuestra advertencia:

La Biblia no es la palabra de “Dios”

Todo lo que usted profesa, creyendo ser verdadero, como todo lo que pueda ser dicho por nosotros, puede ser enteramente falso, pues toda doctrina o dogma religioso no necesariamente estan basados en hechos historicos o cientificamente comprobados, particularmente los relatos de la Biblia, la cual, tomada como un tomo total, no es confiable, pues esta repleta de errores y contradicciones y muchas expresiones atribuidas a Dios no son otra cosa que puras invenciones humanas. La Biblia, como tal, no es la Palabra inspirada de Dios Soberano.

Ser anti-bíblico es un alto privilegio del sabio, de aquel que busca la verdad de las cosas y no se conforma en creerlas por pura fe, sin haberlas verificado y corroborado con fuentes fidedignas disponibles. Si usted desea encontrar verdades que les han sido ocultas por la iglesia organizada, tanto la Católica Romana como la Protestante, le invito a que continúe leyendo todo el texto de nuestra advertencia.

Todas las religiones del mundo, con sus libros sagrados, han sido un impedimento para el avance de la ciencia. Sin embargo, no descartamos la Biblia totalmente, pues recoge eventos reales de la historia y del desarrollo de la religion y cultura hebrea; eventos ocurridos en el tiempo sobre el peregrinaje de un pueblo en el desierto, sus guerras, victorias, derrotas, periodos de esclavitud, liberacion y reconstruccion.

Lamentablemente, disfraza una horrible realidad con una falsa concepción piadosa y benévola de su Dios YHVH, traducido Jehová, quien no es aquél ser piadoso y benevolo que la religión hebrea nos presenta, y la Biblia continua presentando mediante la religion cristiana.

Dicho de otro modo:

Expertos lingüistas y estudiosos han concluido que los evangelios  de Mateo, Marcos, Lucas y Juan no fueron escritos por los Apóstoles que llevan su nombre, discípulos de Jesús, sino por autores anónimos. No existe ningún original de ellos sino copias posteriores al siglo primero escritas en griego y no en el arameo que fue la lengua que habló Jesús. Además, se ha determinado que dichas copias sufrieron modificaciones e interpolaciones lo cual quita credibilidad y distorsionan la verdad de lo que haya sido escrito en los textos originales. Los arqueólogos no han podido demostrar que alguno de ellos haya sido escrito en Palestina, el lugar donde Jesús anduvo.

Respecto a las epístolas de Pablo se ha determinado que por lo menos la mitad de ellas no fueron escritas por él y datan por lo menos 20 años después de la muerte de Jesús, lo cual hace que las epístolas sean anteriores a los evangelios. En sus epístolas Pablo no narra datos históricos, obras de Jesús, ni sus dichos y él mismo admite no haberlo conocido personalmente. Además de ello, presenta un Cristo muy diferente al que se describe en los cuatro evangelios. También el Apocalipsis de Juan presenta a un Cristo diferente, por lo que el gran reformador de la Iglesia, Martin Lutero, le restó importancia.

Por lo cual, añadiendo los innumerables errores y contradicciones en estos escritos, todo estudio aquí presentado y todo lo relacionado carente de historicidad, basado solamente en la fe, pierde su credibilidad y arriesga quedar totalmente nulo.

Sin embargo, no se trata de ofensa alguna, pues no deseamos ofender a nadie. Sabemos que siempre habrán ofendidos cuando expresemos algo que contradiga el dogma o precepto religioso ferazmente defendido.

El período de la inquisición fue un tiempo oscuro y terrible. El creer y sostener ideas diferentes a las establecidas por la religión imperante en los pueblos, llamada cristianismo, significaba morir en la hoguera, la guillotina, la horca y otras formas espeluznantes de muerte.

Hoy día no tenemos la persecución que caracterizó la inquisición, pues, por lo menos en Estados Unidos de América, la primera cláusula de nuestra Constitución garantiza la libre expresión y el libre ejercicio de la religión. Por otro lado, aún quedan barreras religiosas significativas en el camino del hombre.

La interpretación literal de una mayoría de pasajes bíblicos (a conveniencia), su aceptación como palabra inerrante de Dios, la manipulación de sus textos en diversas traducciones y versiones “diz que de los textos originales” han generado la construcción “teológica”  de muchos de los dogmas, credos, postulados absurdos que encontramos dentro del cristianismo que desafían la razón.

II

Ninguna religión y ningún “libro sagrado” nos dice la verdad acerca de nuestra existencia. Los supuestos “profetas” y “sabios” pretenden decirnos algo “inteligente” al respecto, pero fracasan, solamente logran infundir “concepciones” e “interpretaciones” que satisfagan nuestra búsqueda.

Me parece que toda religión es un esfuerzo humano para entender su propia existencia y encontrarle a su vida algún sentido. Me parece que todos nacemos y morimos dentro de una densa oscuridad. Algunos de nosotros que llegamos a conocer “algo” aunque no preciso, tal vez nos convertimos en “puntos de luz” en un vasto universo oscuro, como lo son unos pocos granos de arena en las riveras y profundidades de todos los océanos de nuestro planeta.

Otros que no les importa buscarle sentido a la vida, y para quienes la vida no tiene la importancia que debe tener en ellos, usan su “religión” como un pretexto para volcar todas sus inclinaciones malignas y cometer los crímenes más horrendos en contra de la humanidad.

III

Nos disgusta escuchar la verborrea que sale de la boca de muchos predicadores “evangélicos” y “Pentecostales” en sus programas televisados. Predican a su audiencia relatos del Antiguo Testamento y enseñanzas de la ley mezcladas con la gracia. Perpetúan un ministerio de muerte instituido por Jehová e implementado por los Fariseos a quienes Cristo enfrentó. Están engañados por su propia ignorancia y a su vez engañan a quienes los escuchan.

Nuestra advertencia no implica que todo lo que la Biblia narra sea totalmente sin valor histórico o científico. Pues como en cualquier otro libro, aunque sea profano, encontramos dichos valores. El problema radica en conceptuar la Biblia como un libro (de hecho una colección diversa de escritos por diferentes autores en diferentes épocas) infalible, inerrante, sagrado, Palabra de Dios.

El fanatismo cierra las puertas del entendimiento para ver las inconsistencias y analizar los dogmas arbitrarios que las diversas narraciones bíblicas generan. Los fanáticos religiosos descartan los hechos de la realidad cuando éstos no concuerdan con sus creencias religiosas firmemente arraigadas. Lamentablemente en éstas filas de fanatismo e ignorancia se hayan incontables cristianos hoy día y después de ellos continuarán otros millones engrosando dichas filas.

Me parece que somos pocos los que con mente abierta nos enfrentamos a los dogmas y creencias y tenemos la valentía de identificar muchos de ellos como lo que son: puras invenciones humanas. Algún dia, no importa cuál lejano esté, es mi esperanza, la mayoría de la especie humana habrá abandonado la religión y toda idea religiosa que no se conforme con los hechos de la realidad.

Narraciones Adaptadas de
Mitologías Paganas

Encontramos en la Biblia diversas narraciones cuyo origen se remonta a tiempos mucho más antiguos al tiempo bíblico, como por ejemplo, a las civilizaciones de sumeria en Mesopotamia. Narraciones como la creación del mundo, el origen del Hombre, el diluvio universal, la confusión de las lenguas, etc., son simplemente adaptaciones de autores bíblicos para crear un sistema religioso particular.

Las Tablas Cuneiformes de la antigua Sumeria, cuna de la civilización en Mesopotamia (hoy Iraq), escritas antes del Génesis, son evidencias de las mitologías adaptadas por los autores bíblicos al formar un sistema de creencias que los evangelios del Nuevo Testamento continuaron para establecer la persona de Jesús el Mesías

Mientras que se estima que Abraham nació cerca del año 1800 A.C., ya la civilización sumeria con su religión politeísta había comenzado entre 4500-4000 A.C y sus registros escritos desde 2900 A.C. De manera que sin lugar a dudas los relatos de la creación, el diluvio, la confusión de las lenguas y otros que encontramos en el Génesis son adaptaciones humanas y no palabras inspiradas de Dios.

No obstante, nos atrevemos a decir que detrás de las mitologías más antiguas se esconde la verdad acerca del origen de nuestro planeta y de toda forma de vida, incluyendo al Hombre.

El Relato Bíblico de la Creación es un relato simplista, ignorante y anti-científico, lo mismo que son distintos dogmas de la religion cristiana y otras religiones que esclavizan y manipulan la mente y voluntad humana.