¿Qué le detiene? Atrévase a conocer

IGNORANCIA MINISTERIAL

Somos ignorantes, creyendo que nuestros “líderes”, “profetas”, “pastores”, “maestros” y otros nos pueden conducir a la verdad. Conocer algo no es conocerlo todo. Ni siquiera nos conocemos a nosotros mismos. “NOSCE TE IPSUM” dijo Sócrates, notable filosofo griego, instando al hombre a conocerse a sí mismo. 

Por generaciones la religión judeo-cristiana le ha enseñado que Jehová es el Dios del universo, el mismo que se rebeló a Abraham, a Isaac y Jacob, que sacó a los Israelitas de Egipto y los condujo por el desierto hasta una tierra que fluía leche y miel. Conocemos sus leyes y estatutos dados a Moisés, a los cuales San Pablo se refirió como un ministerio de muerte.

Cuando razonamos objetivamente sobre ésta enseñanza y buscamos pruebas irrefutables, tenemos que concluir que la humanidad Judeo-cristiana ha sido engañada y manipulada.

Jehová es un SER poderoso (aunque parece operar disfrazadamente) con gran influencia en el quehacer histórico de los pueblos, pero no es el DIOS que haya creado el universo y a quien le debamos adoración.

Jehová, Dios de los ejércitos de Israel, trajo muerte, dolor, sufrimiento, exterminio de niños, mujeres y ancianos inocentes por ser gentiles, y genocidio de pueblos enteros que estaban fuera de su inquebrantable ley.