Certificado de Ordenación. PARA TODA LA VIDA. El donativo solicitado a candidatos calificados es de $500.00 USD. Solamente necesitan escribirnos una carta por correo electrónico que contenga datos significativos de previo servicio social, humanitario, religioso o ministerial, donde declaran su interés en ser ordenado y sus propósitos luego de obtener la ordenación.
La Ordenación de Ministro- el Título de Reverendo- es legal, válido y reconocido en todo el territorio americano. Somos una iglesia legítima, reconocida en USA y todas nuestras credenciales son válidas y gozan de los mismos derechos y privilegios que gozan los sacerdotes, rabinos y todos los demás ministros autorizados. Aceptamos solicitudes de cualquier confesión religiosa.
Su ordenación es independiente de estar o no estar de acuerdo con nuestras posturas, ya que somos una iglesia protestante no sectaria, no denominacional y no dogmática, donde usted no tiene ningún compromiso con nuestra iglesia, y es totalmente libre de establecer y desarrollar sus proyectos conforme a sus posturas.
El donativo tambien aplica a candidatos ordenados por otras organizaciones que soliciten nuestro Certificado de Ordenación.
Procedimiento para la ordenación
Envíe por correo electronico la carta que indicamos arriba. Si es aceptado e informado, procede a registrar su nombre con nuestra Iglesia tal como desea que aparezca en su credencial, y escribir la dirección donde le será enviada por correo postal.
Para estar oficialmente registrado, solicite de nosotros una factura no reembolsable de $45.00 para su registración, la cual le enviaremos por correo electrónico mediante el servicio de PayPal.
Luego que hayamos verificado que usted ha cumplido con todos los requisitos, incluyendo su pago final de $500.00 le enviaremos su documento y mantendremos con usted toda la comunicación necesaria desde el comienzo hasta el final. Le enviaremos una confirmación de pago.
CONFIDENCIALIDAD
Nosotros no compartimos su dirección de correo electrónico o ninguna otra información personal con otras personas, ni siquiera con otros miembros de la Iglesia, sin su consentimiento escrito. Creemos firmemente en el derecho a su privacidad.